22 de diciembre de 2008


A veces me ocurre que me paso horas caminando sin rumbo por la selva de las tiendas. Pero cuando me bloqueo delante de una escaparate, no falla. Significa que ya me veo con aquella prenda encima, con aquellos stiletos.. Me gusta entrar en las tiendas, oir la musica difusa, y me parece que todo lo que se expone en ellas es para mí. Entro y salgo de las tiendas y paresco una mariposa atraida por el centelleo del strass, los fulgores de los rotulos. Doy vueltas y mas vueltas delante del espejo de la boutique. De pronto, recuerdo que las luces de neon de los probadores son despiadadas y multiplican los defectos. Y entonces llamo a la dependienta y le pido que apague la luz. De esta manera empiezo a probarme las prendas en la penumbra de un trastero e inevitablemente acabo comprando algo.

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