24 de octubre de 2008
Los rostros valen como el pan nuestro, llegan con gestos y rubores en sus pupilas se asoma un mundo y lo reciben los corazones. Los rostros siempre nos dicen algo con sus ojeras, con sus mejillas. Vienen buscandose en lo que somos o en lo que fuimos, a la deriva. Todo se pierde menos las señas que nos enfrentan a la ventura, la mayoria son transparentes o son señales de la ruta. Tambien nosotros somos un rostro en que otros rostros se reconocen porque tuvieron algún encuentro aunque no sepan cuando ni donde. Los ojos miran. Y cuando admiran, esa mirada tiene un destino y si lo encuentran en un rodeo sera que todo esta perdido. Los rostros valen como en pan nuestro de cada noche. De cada aurora, y hay que estar siempre vivo y alerta por si algun rostro nos enamora.
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